Como soy de buen fiar, pensaba que tras dejar Joaquin Caparrós el Sevilla, el affaire con Osasuna ya habría terminado. El C.A. Osasuna dio muestras ostensibles de zanjar la desaforada rivalidad deportiva que se repetía año tras año en el Ramón Sánchez Pizjuan y lo hizo tangible y deportivamente con motivo del fallecimiento del jugador sevillista Antonio Puerta al inicio de esta temporada, poniéndose a disposición del Sevilla tanto para aplazar el encuentro como para facilitar el campeonato de Champións League.
El partido quedó aplazado hasta que convino a los intereses hispalenses y en el Reyno no pasó absolutamente nada anómalo durante el desarrollo del juego. Todos pensamos que la visita del C.A.Osasuna en la 2ª vuelta sería correspondida con igual educación, deportividad y fair play, pero no y, aquí radica nuestro desengaño.
Durante una semana los medios han aireado asuntos arbitrales que no venían a cuento y al parecer por unos comentarios de un ex árbitro internacional, al que por cierto le tengo en una gran estima, que a saber si se han sacado de contexto o no, pero que tras la designación del colegiado vasco Sr. Eduardo Iturralde González han sido como una llama sin extinción que ha calentado los ánimos y al parecer han hecho mella en el ánimo de un colegiado, que lo tenía por valiente pero que durante el desarrollo del encuentro no lo fue.
Toda esta semana pasada he sido un defensor del colegiado vasco y en este blog he comentado que era un colegiado valiente, de fiar, con experiencia y que no había ningún peligro de intoxicación por ese ambiente hostil que había sobre él en Sevilla.
En el inicio del encuentro observé un colegiado que quería hacerlo lo mejor posible, pero tenía algunos tintes de debilidad con el equipo local y más energía con los rojillos, pero sin detectar nada anómalo. Es cierto que se sancionaron muchas más faltas al equipo de Osasuna ( 23) que al Sevilla ( 14); que actuó con criterio al mostrar una TA a Jesús Navas, por simular un hipotético penalti y perdió el principio de equidad, cuando no sancionó un posible penalti sobre Vela y no le mostró la TA. Si entendió que Vela fingió merecía igual que Jesús Navas la correspondiente sanción disciplinaria y sino debía haber sancionado la falta máxima.
El colofón de su debilidad se manifiesta muy claramente en los minutos finales del encuentro, donde se hilvanan jugadas en las que tenía el Sr. Iturralde que haber tomado decisiones acertadas y justas para demostrar que era ese colegiado con criterio, con equidad y valiente, sus decisiones lo delatan:
Hay una agresión de Poulsen sobre Miguel Flaño, que cae al suelo; Iturralde está muy cerca y se tapa los ojos. Los osasunistas lanzan el balón fuera del campo; recibe asistencia Flaño; Iturralde le recrimina como si estuviera fingiendo. Los sevillistas, - como es normal en todos los campos y en todos los equipos, - no dejan el saque de banda al equipo rojillo y lo lanzan al área de Osasuna; aquí se produce primero un empujón de Chevatón sobre J. García, que el colegiado nuevamente deja pasar; Javi García intenta despejar el balón con la cabeza pero por el efecto del empujón cae al suelo con los brazos abiertos para protegerse de la caída; los jugadores blancos reclaman a gritos manos y ante sorpresa de todos, los unos y los otros el Sr. Iturralde decreta sin autoridad y sin creérselo manos de Javi García, penalti y TA, que le supone la expulsión.
Tampoco convencido está de la realidad de la falta sancionada que ordena a Luis Fabiano repetir el penalti y en la segunda intentona transforma el 2-1 resultado final y pérdida del punto que con gran tesón había conseguido hasta ese momento el C. A. Osasuna.
Muy mal el Sr. Iturralde, irreflexivo y contemporizador con los locales; dejación de la equidad en el último momento y culminó con ello una serie de errores que no es habitual en los colegiados. Espero que haya sido un solo borrón y a partir de ahora sea más justo.
Estoy en desacuerdo con la tangana posterior, no es justificable, como tampoco lo es la actuación arbitral.
lunes, 28 de enero de 2008
EL PITIDO FINAL. POR JOSE ÁNGEL PAZ, NUESTRO ÁRBITRO
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