EL PITIDO FINAL DE JOSE ANGEL PAZ

No era el mejor recibimiento en un campo de fútbol para un colegiado que era la primera vez que en esta temporada dirigía al C.A. Osasuna y por lo tanto de nada se le podía “culpar directamente” por el enfado de los aficionados con las actuaciones arbitrales. Pero el colectivo es solidario y tienen que soportar lo bueno y lo malo del mismo.
El joven almeriense de 34 años, David Fernández Borbalán, soportó estoicamente el saludo general de la afición del Reyno de Navarra con una gran pañolada, en señal de protesta por varias actuaciones arbitrales que no fueron, con razón, del agrado de la misma.
Su historial en la 1ª división es bueno, aunque de cinco ocasiones que dirigió al C.A. Osasuna, en ninguna el equipo rojillo ganó, sin embargo, sus actuaciones estuvieron entre buena y notable.
Basándome en estos antecedentes y en la consideración del Comité Nacional de Arbitros, su presentación la hice como un colegiado que sabía distinguir entre el juego de contacto (propio del fútbol) y el antideportivo ( codazos, zancadillas y empujones), así empezó el encuentro y las primeras”tarascadas” del jugador Luccin, las perdonó, y creí que su tolerancia sería corta, pero fue a más y hasta en cuatro ocasiones contamos faltas que merecían más que el tiro libre directo.
A jugadores rojillos, también toleró algunas otras acciones merecedoras de la TA, pero se las guardó en el bolsillo hasta el minuto 7 del segundo tiempo. Después con un criterio desigual, las vieron por el C.A. Osasuna, Puñal, Monreal, Azpilicueta, Ricardo y Sola y por el R. Zaragoza, Celades y Sergio. Luccin solamente fue a los vestuarios, terminado el encuentro, no por decisión arbitral sino por terminación del encuentro y esto es para mí injusto.
La lectura del encuentro fue irregular, en cuanto a faltas; en el primer tiempo actuó de manera distinta al segundo; en el primero sancionó solamente 16 faltas ( 8 a cada equipo) dejando jugar demasiado al límite. En el segundo sancionó en 22 ocasiones ( 13 Osasuna y 9 al Zaragoza). Si en el primer tiempo hubiera cortado con más criterio el juego, seguramente que al menos 3 TA del C.A. Osasuna no las hubiera mostrado, pero su forma de entender la interpretación de la Regla XII estuvo desacertada…
Es cierto que el público le increpó constantemente, unas veces por el desacuerdo de su propia actuación y otras por el “fantasma” de sus otros colegas, pero también es cierto que se le vio tranquilo e hizo lo que él solito veía, porque sus Auxliares estuvieron ausentes casi todo el encuentro y no levantaban su bandera en jugadas muy cercanas a ellos, dejando toda la responsabilidad al joven David Fernández Borbalán, quien sin influir en el resultado exasperó a jugadores y afición.
Sin gustarme su arbitraje, en general hay que dar la confianza de la juventud y que salvo con la desigualdad con Luccin, en el resto estuvo equitativo en aciertos y en errores.
Le sigo dando crédito y aunque no tuvo su tarde en el Reyno de Navarra le deseamos suerte.