De indignante se puede considerar que el árbitro del Osasuna-Atlético de Madrid, Álvarez Izquierdo, haya reflejado en el acta el mal comportamiento de los recogepelotas de Osasuna. No es indignante porque hayan podido retrasarse a la hora de devolver el balón al campo (de haber sido así, ni mucho menos ha sido de manera descarada y denunciable, de hecho nadie se había percatado en ello, ni los más atléticos). Lo indignante es que en otros campos de España como en Monjuit, el Ono Stadi, o el Ramón Sánchez Pizjuán como máximo exponente, donde la actuación de lo recogepelotas, y más aún de quienes los dirigen, es más cercana la delito y la trampa que a la propia inteligencia del fútbol. Y entonces no pasa nada, pero si en el Reyno se retrasan de manera leve, entonces debemos reflejarlo en el acta. Con el buen arbitraje que ha tenido durante la contienda y ha tenido que emborronarlo a la postre con el acta. Si Competición decide establecer algún tipo de multa puede ser una de las mayores injusticias que se recuerden en Liga.
domingo, 24 de febrero de 2008
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