La verdad que queda un sabor agridulce en el aficionado rojillo. Osasuna mantuvo la compostura durante noventa minutos. Contuvo el ataque del Barsa, destruyó la creación de juego culé, y puso contra las cuerdas a los pupilos de Laporta. El equipo en general estuvo bien, destacando a Ricardo y Monreal, reconociendo el palizón de Kike Sola, el buen hacer de Puñal y Javi García, de Astudillo, Juanfran, Vela, Plasil, Flaño, Cruchaga... La verdad es que poco o nada se puede recriminar a este equipo, si acaso un poco más de "mala leche" en el último pase y en el remate final.
Sin duda que Cuco Ziganda ha encontrado la tecla con la que volver a la senda de la victoria.
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