La de Osasuna es una afición ejemplar, y si no vean la de pañoladas y broncas que se han sucedido en la última jornada. El Barcelona todopoderoso, que disfruta de la Champions y con opciones de ganar la liga, se encontró con la pañolada, insultos varios y amenazas de su propia afición. Tres cuartos de lo mismo en Zaragoza: cuanto más necesitan los maños que la grada esté con ellos, ayer no se dejó de escuchar "jugadores mercenarios", "esta camiseta no os la merecéis" o " de la Romareda no vais a salir".
Y en el Reyno, ¿qué? La afición rojilla no cesó de animar a su equipo de principio a fin, y lejos de pitar o insultar al equipo, arrimaron el hombro comportándose como el jugador número 12. Y porque no pueden marcar goles, de momento. El caso es que todo son aplausos en el Reyno, todo son gritos de ánimo, cánticos arengantes, y cariño. Aunque Osasuna no tire entre los tres palos en toda la segunda parte, aunque los rojillos no hagan ni una sola falta, ni centren una bien, ni les salgan los pases...pero la afición con el equipo.
Es de lo único que no se pueden quejar los jugadores rojillos, de afición: realmente son la envidia de la liga española, porque cuando las cosas se tuercen la grada está aún más con ellos y no contra ellos. Estos que visten de corto y llevan el escudo en el corazón, deberían hacer un esfuerzo económico y pagar autobuses para que la afición navarra esté también en Monjuit. La afición ya no tiene que demostrar nada, ellos todavía sí.
Y en el Reyno, ¿qué? La afición rojilla no cesó de animar a su equipo de principio a fin, y lejos de pitar o insultar al equipo, arrimaron el hombro comportándose como el jugador número 12. Y porque no pueden marcar goles, de momento. El caso es que todo son aplausos en el Reyno, todo son gritos de ánimo, cánticos arengantes, y cariño. Aunque Osasuna no tire entre los tres palos en toda la segunda parte, aunque los rojillos no hagan ni una sola falta, ni centren una bien, ni les salgan los pases...pero la afición con el equipo.
Es de lo único que no se pueden quejar los jugadores rojillos, de afición: realmente son la envidia de la liga española, porque cuando las cosas se tuercen la grada está aún más con ellos y no contra ellos. Estos que visten de corto y llevan el escudo en el corazón, deberían hacer un esfuerzo económico y pagar autobuses para que la afición navarra esté también en Monjuit. La afición ya no tiene que demostrar nada, ellos todavía sí.
1 comentario:
Suscribo todas y cada una de estas palabras.
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