Las mariposas revolotean por el estómago de todos los rojillos. Es que llega la primavera y la sangre se altera, y el amor sale a la superficie de nuestra piel. El amor a unos colores, el sentimiento de un club, el espíritu y el alma osasunista. El 18 está peligrosamente cerca. Todos queremos que llegue el día del Mallorca, aunque a la vez nos gustaría que nunca dieran las ocho de la noche del miércoles. Muchos quieren apoyar al equipo en Santander y bañarse en las playas de El Sardinero cual Javier Miranda en La Concha, pero esta vez celebrando la agónica salvación, aunque muchos otros preferirían estar en sus sillones viendo quién es el que desciende si Osasuna no se juega nada. Muchos quieren llorar de alegría el día 18, aunque otros temen llorar de tristeza.
Lo único que está claro es que somos únicos: en Valencia se enfrentan directamente jugadores con la afición; en Bilbao ya pasó la temporada pasada; Atlético de Madrid, Deportivo, Celta, Barcelona y otras muchas plantillas se han visto amenazadas, silvadas, increpadas e insultadas por los suyos. Sin embargo el Reyno de Navarra es un lujo. Una fiesta. Es el número doce que está con el equipo, que no mete la pierna porque no puede pero que aguanta a Ricardo con sus brazos cada vez que salta, los mismos que impulsan a Dady o a Sola o a quien quiera que suba a rematar, los mismos que soplan a Vela y Juanfran para que corran aún más, los mismos que no paran de animar, de aplaudir, de cantar.
No sé si los jugadores se merecen o no estar otro año más en Primera División. Tampoco sé si lo merece el cuerpo técnico o la directiva. Ni siquiera sé si los periodistas nos merecemos seguir disfrutando del equipo en la máxima competición. Lo único que sé es que la afición se merece tener a este equipo en lo más alto, y que si no es por ellos, ¿por quién va a ser la salvación?
¡AUPA OSASUNA!
NOSOTROS SIEMPRE ROJOS...BETI GORRIAK
Lo único que está claro es que somos únicos: en Valencia se enfrentan directamente jugadores con la afición; en Bilbao ya pasó la temporada pasada; Atlético de Madrid, Deportivo, Celta, Barcelona y otras muchas plantillas se han visto amenazadas, silvadas, increpadas e insultadas por los suyos. Sin embargo el Reyno de Navarra es un lujo. Una fiesta. Es el número doce que está con el equipo, que no mete la pierna porque no puede pero que aguanta a Ricardo con sus brazos cada vez que salta, los mismos que impulsan a Dady o a Sola o a quien quiera que suba a rematar, los mismos que soplan a Vela y Juanfran para que corran aún más, los mismos que no paran de animar, de aplaudir, de cantar.
No sé si los jugadores se merecen o no estar otro año más en Primera División. Tampoco sé si lo merece el cuerpo técnico o la directiva. Ni siquiera sé si los periodistas nos merecemos seguir disfrutando del equipo en la máxima competición. Lo único que sé es que la afición se merece tener a este equipo en lo más alto, y que si no es por ellos, ¿por quién va a ser la salvación?
¡AUPA OSASUNA!
NOSOTROS SIEMPRE ROJOS...BETI GORRIAK
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