El pasado sábado se enfrentaban Navarvoley y C.V. Rekalde en el estadio Larrabide que se saldo con un a agria derrota del equipo navarro por unos ajustados 3 sets a 0.Como se lleva manifestando a lo largo del año, el equipo navarro tiene un gran inconveniente en su juego, su intermitencia; algo propio de un equipo de reciente formación que este año juega su primer campeonato liguero, pero que ha sido la causa de dolorosas derrotas como fue la del sábado. Momentos con grandes sensaciones se alternaron con rachas de fallos.
En el primer set, ambos equipos comenzaron muy serios, en un continuo intercambio de puntos que llevaron parejo el marcador hasta que los navarros bajaron el pistón, mientras que los experimentados jugadores de Rekalde siguieron el mismo ritmo, llevándose el parcial por 18 a 25. En el segundo set, a pesar de que era Navarvoley el que marcaba el ritmo, la regularidad de Rekalde le mantenían en el marcador hasta que un nuevo bajón navarro, hizo que se impusiera el ritmo visitante hasta alcanzar un casi definitivo 18 a 23. Fue cuando Navarvoley, pegó un arrancón que le llevó hasta un 24 a 23, pero fue Rekalde el que se llevó el parcial por 24 a 26 al jugar con más calma en los momentos definitivos. Pero el ritmo de Navarvoley aumentó mantuvo en el tercer set e, incentivados por la expulsión de su entrenador por protestar, sacó a relucir su mejor cara y sin dar ni una oportunidad a sus rivales se adelantaron 18 a 9. En ese momento, Rekalde no se rindió y apretó su ritmo, y provocó que Navarvoley dilapidara esa ventaja con errores tanto en defensa como en ataque, y se apretó el marcador en un 24 iguales. Dos errores locales consecutivos, sentenciaron el partido: 24 a 26.
En definitiva, dolorosa derrota que deja una sensación amarga por haber revelado una vez más que el mayor problema que tiene el equipo navarro es mantener la cabeza fría en los momentos decisivos.
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