
Las tarjetas amarillas (de amonestación) y rojas (para expulsar) las emplearon los colegiados por primera vez y a iniciativa de la FIFA, en el Mundial de 1970 en el encuentro inaugural México- Unión Soviética, dicen que esta iniciativa fue como consecuencia de la expulsión del jugador Antonio Ubaldo Rattín en el anterior Mundial de Inglaterra con el fin de que los jugadores que hablan distintas lenguas pudieran entender el significado de la medida disciplinaria.
Esta decisión fue muy acertada puesto que en algunas ocasiones, especialmente algunas amonestaciones verbales, no constaban en las actas arbitrales. De esta manera es una sanción fehaciente y pública.
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